domingo, 14 de diciembre de 2008


Tengo que hacer acopio de las pocas neuronas sanas que me van quedando para escribir sobre Cortázar… tan consciente soy de que tanta gente experta ha dicho todo lo que se podía decir.

Sin embargo, todos los cortacianos que en el mundo somos tendemos a pensar que nadie entiende a Cortázar como lo entiende cada uno de los que un día le pusimos un sillón orejero en nuestra casa, lo invitamos a tomar mate y cigarrillos y conversamos con él como si de nuestro amigo más íntimo se tratara; le preguntamos por la “Maga” y ejercemos de “cronopios” a sabiendas de que probablemente tenemos alma de “famas” o todo lo más de “esperanzas”.

Admitimos como una concesión, por obvio y por tanto compartible, que la descripción de un beso no tuvo nunca encarnación más poética y hermosa que la de Julio Florencio. Aquí la dejo, en su querida voz de fonética trapajosa… ¿verdad que da igual que ya la hayáis oído/leído mil veces?




Recordatorio para "despistados" sobre los términos :
Cronopios, famas y esperanzas




Amenazo con "volver"sobre Cortázar y sobre todos aquellas personas que me han dejado huella, perdonadme las repeticiones pero es que me gustan "muncho".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No me ha dado tiempo a leer mucho, pero ya lo hare,lo que he leido me gusta mucho ,es muy denso.Concha

Ángel Fondo dijo...

Aun habiendo leído en otras ocasiones ese fragmento de Rayuela, capítulo 7, es completamente imposible no quedar deslumbrado al escucharlo con su propia voz. Cortázar siempre nos invita a creer en el espejismo de poder ser capaces de escribir como él.
Y ya sabemos que escribir es el resultado de nuestra voluntad por saber regalarnos algo a nosotros mismos, la ilusión de creernos competentes para inventar algo nuevo, o acaso es esa mínima indemnización que puede compensar el aburrimiento al que nos arrastra la rutina cotidiana.
Es un verdadero placer ver y escuchar esa entrevista, y que además se puede recuperar completa y fácilmente gracias al bendito YouTube, bueno, pero que te cuento a ti… amigo mío.

Hasta siempre, un abrazo.