miércoles, 17 de diciembre de 2008



Hay películas que te marcan de por vida, esas que tras su visión te dejan pegado a la butaca mirando los "títulos de crédito" -horrorosa expresión- con cara de pánfilo compungido y con las imágenes dándote vueltas por la mente. En el caso de "Paris,Texas", a las imágenes hay que añadir las notas desgarradoras de la música de Ry Cooder , las palabras y los elocuentes silencios.
No conozco a nadie sensible que no tuviera que contener las lágrimas, o las dejara manar sin más, en la ya mítica escena de la conversación /reencuentro entre la pareja protagonista en un lugar (un peep show) y unas circunstancias muy poco propicias para la comunicación "a tumba abierta".
La película te va calando como una lluvia finita y, desde la extrañeza y la incomprensión de lo que le sucede a ese tipo estrambótico que lleva paseando cuatro años su vacuidad (el mundo en la oquedad de su cabeza, que diría el poeta), vamos asistiendo lenta pero inexorablemente al deshilamiento de la maraña de su pasado y el sentimiento de culpa que lo ha desintegrado. A partir de ahí se inicia el encuentro con su hijo, con su mujer y al final consigo mismo, tras un proceso doloroso de comprender, comprenderse y perdonarse.
El milagro de la película es la identificación que va produciéndose entre el espectador y los personajes,que hace que vivas la historia como propia y,en mi caso, por mi condición masculina,pienses que en algún momento,real o no,tu comportamiento (absorbente y machista) has sido un "Travis" con la misma sensación de culpa y la misma necesidad de expiación.
Y como creo que no me acabo de explicar bien,le he pedido a mi desconocida amiga "vivoleyendo" que me permitiera incluir aquí su valoración publicada en FilmAffinity (web que recomiendo entusiásticamente). Gracias por su autorización.
Voilà:


"Ella quería algo y yo no supe ver lo que era"
El alemán Wim Wenders, de cuya extensa filmografía yo sólo conocía la peculiar "El cielo sobre Berlín", me ha hecho transportarme esta vez a los entornos silenciosos y ásperos del desierto de Mojave, en el que el viento trae los lamentos de dramas familiares que quedaron en el aire, sin concluir y en una expectativa vacía y dolorosa.A veces el amor se vuelve destructivo, y lo que era una continua fuente de alegrías se convierte en un calvario. A veces el amor se torna en obsesión y en prisión y termina por destrozar.Travis Henderson quizás amó demasiado, de un modo obsesivo y paranoico, haciendo polvo todo lo que amaba. Y todo se rompió. Después, nada le quedaba. Nada más que las ansias de huir. Huir hacia un lugar de silencios, huir de sí mismo, a algún sitio donde no pudiera oír la voz de ella persiguiéndole. ¿Hacia dónde puede ir Travis cuando sabe que toda su vida ha quedado atrás? ¿Qué ha quedado de aquella persona que alguna vez fue, que recuerda vagamente haber saboreado algo que podría ser felicidad? ¿Dónde quedó aquel hombre que era?En París, Texas, dejó abandonados los sueños que nunca llegó a realizar. Con el sosiego de una cámara paciente, el polvo desértico arrastra los dolores de la tierra reseca y desolada. Nos hace observar el lento regreso a la vida de un hombre perdido. El vacilante reencuentro de unas personas condenadas a amarse en la distancia. El temor latente a la pérdida definitiva, y a la vez el miedo a tratar de restaurar los fragmentos rotos. Miedo a mirarse en el espejo del pasado y remover el fondo.Travis regresa desde la dimensión sin memoria en la que ha estado sumergido, resurgiendo de sus cenizas para enfrentarse a los fantasmas que le persiguen. Para buscar el perdón. Para buscar el calor de los rescoldos de aquellas llamas que le abrasaron una vez. Y para ser, por fin y para siempre, el padre que apenas fue. Consciente de que el buen actor sabe retirarse en el momento justo del escenario, cuando ya ha dejado atrás lo mejor que podía dar.El desierto con sus carreteras interminables como cintas polvorientas que se pierden en la lejanía, es más que un simple accidente geográfico. Es el reflejo de almas portadoras de heridas que no cicatrizan. De personas inconclusas en continuo viaje por las carreteras del corazón, macerando culpas y madurando la difícil aceptación de sus errores, con la esperanza de llegar a un equilibrio en el que sea posible vencer, al menos en parte, los muros de un distanciamiento implacable.La música triste de Ry Cooder se parece al viento del desierto. Se asemeja a ese paisaje árido, donde el tiempo transcurre más despacio. Notas lánguidas que lloran a solas por esos momentos perdidos que nunca van a regresar.Así, "París, Texas" es separación y es reencuentro. Es un recordatorio de que el amor es paraíso e infierno, y que es imposible controlar sus arrebatos, a veces más perjudiciales que beneficiosos. Y duele. Duele mucho. Todo el que lleva su marca, la llevará de por vida.
Vivoleyendo

9 comentarios:

Mencía dijo...

Anoto la película, tus palabras y las que utilizas como referencia me han arrastrado (cual susurro) al deseo de verla.

Besos de presentación y una sonrisa.

Quercus dijo...

Un consejo: Para ver la película elije un día en que te encuentres con buen ánimo, o llévate pañuelos.
Es curioso que hayamos elegido el mismo poema de Evtuchenko para incluirlo en nuestros respectivos blogs...¡pero yo lo puse antes! Me alegra que coincidamos en los gustos.
Te visitaré en tu casa.
Bienvenida a la mía.

Anónimo dijo...

JAQUE Y CRONOPIOS.
¿No para nunca?
Entiéndaseme y no se ofenda - y disculpe este abigarrado despliegue de cacofonías-, lo digo en un tono de rencor afectuoso, y viceversa. Pero es que aún estoy liado con la partida de ajedrez bloguera que iniciamos hace unas semanas que, por cierto, tenemos olvidada, y cuando me dispongo a entrar en el proceloso mundo de los cronopios, usted nos lanza ese tremendo varapalo que firmaron/filmaron Wim Wenders, Ry Cooder, Nastassja Kinski, Harry Dean Stanton y el niño – disculpe pero no recuerdo su nombre.
Lorca, en algún lugar de su “Poeta en Nueva York” llega a decir en un arrebato de altivez: “ni lo sé, ni me importa, ni me da la gana”. Pues eso, no sé de qué manera lo han conseguido sus autores pero hay películas bioquímicas: se instalan en el rincón más primario, por primitivo, de nuestro encéfalo y no lo abandonan jamás. En ese grupo incluyo, además de la que nos ha propuesto, algunos clásicos como “Vidas Rebeldes” de John Huston, “Confidencias” de Luchino Visconti, “Perros de paja” de Sam Peckinpah, y otras más recientes como “La Buena Estrella” de Ricardo Franco y “Magnolia” de Paul Thomas Anderson. La lista se hace interminable por momentos: “La decisión de Sophie”, “El Último Tango en París”…
Ahora, si su cortesía lo permite, quisiera retomar el motivo inicial de este post:
JAQUE…
Yo a la mía, todo Berlanga después de “La escopeta nacional”. Espero con sumo interés su próximo movimiento y mientras, paso, sin más dilaciones, al segundo de los puntos que me traen a estas fragmentadas páginas:
… Y CRONOPIOS
De las/los “Famas” hoy no me apetece hablar. No creo que su elegante blog merezca alojar las inconveniencias que sobre ellas/ellos se puedan deslizar sobre la superficie rugosa del teclado de mi ordenador. El tema de las/los “cronopias/cronopios” es otra cosa.
Y es otra cosa porque los cronopios, se han acabado las cuotas por hoy, son los de mi banda.
Y son los de mi banda porque nunca tienen razón. Ni cuando aciertan, que es casi siempre.
Son los adolescentes tímidos con demasiado acné. Son las adolescentes tímidas e inseguras de la inseguridad de sus curvas. Son los hombres que intentan recordar cómo desapareció su acné. Son las mujeres que siempre recordarán el momento en que sus curvas rebosaron el color del satén aunque no fuera de noche.
Con permiso de Julio Cortázar, Cronopio Mayor, y de su mensajero-introductor, usted mismo, me permito enumerar un listado provisional de cronopios destacados de la historia. He optado por las “aforías y los greguerismos”. No se canse: ninguno de los dos términos se encuentra en los stocks de la RAE. Hay homenajes envueltos en dedicatorias, plagios descarados envueltos de plagios descarados sin más, algunas requisitorias y muchas indolencias:

AFORÍAS Y GREGUERISMOS.
- A la generosa empatía literaria de Michel de Montaigne, Voltaire, Oscar Wilde, Ramón Gómez de la Serna, Joan Fuster y Augusto Monterroso. Que el señor Querqus, amable anfitrión, se las componga con los “pensamientos estrangulados” de E.M. Cioran y los “quiero” de José Agustín Goytisolo.
- Maldito aeropuerto de Bangkok. A Manuel Vázquez Montalbán.
- Al marido, al soldado y a la camisa roja de Gila.
- A las bolitas en la lana.
- Maldita sea la estampa del asterisco.
- Siempre calculé mal el límite de la indiferencia.
- Urbi et orbi, la letra S tiene serios problemas con la bebida.
- Al abuelo de la “Pequeña Miss Sunshine”. Y al resto de la troupe, furgoneta incluida.
- A Mary Quant por la minifalda.
- Silencio: Descartes piensa.
- Ex aequo: a Vilafranca del Penedès y a Sant Sadurní d’Anoia. Reserva y brut.
- Si no me despierto es por culpa del dinosaurio.
- El GPS de la W es una caca.
- Continuamos sin noticias veraces sobre el padre del cardenal Bellarmino, me confirma Galileo Galilei.
- Brindo con “Los Rodríguez” por la victoria, por el empate y por el fracaso.
- Tierra y mar. El primero que maceró en levadura, sal, harina y gaseosa los calamares era un tipo cojonudo.
- Algún día les contaré lo que pensaba Tomás de Aquino sobre las mujeres.
- “La vida es un largo río tranquilo”: ni cuando duermo.
- Corazón hambriento. Voz desgarrada. Bruce Springsteen. “Hungry Heart”
- Detengan a Pavlov. Guau.
- Al Mediterráneo “perfumadito” de brea.
- A los mares del sur como concepto.
- Al reencuentro sin palabras de los dos hermanos de “Una historia verdadera” de David Lynch.
- La Razón Pura ha presentado una querella por las últimas críticas recibidas.
- En el puerto de Ámsterdam le he comprado unos bombones al Sr. Jacques Brel.
- Parece que la Tortuga y Aquiles están al llegar.
- Sólo recuerdo lo malo. Pero tengo poca memoria.
- Me olvidé de olvidar a los patriotas con domicilio fiscal insondable pero eficaz.
- La mejor filosofía es la fisiología. Nietzsche no tenía omeoprazol.
- ¿Mala hostia?, la de “El Bosco”.
- ¿Se me habrán ofendido los mares del norte?
- Considerando que…, y considerando que…: pues no sabría qué decirles…
- Arrugas en la voz. Pongamos que hablo de una chica que toreaba con el bolso a los tranvías. Llevaba medias negras, bufanda a cuadros y minifalda azul. Les aseguro que estaba como un tren de cercanías.
- Cine, cine, cine, cine… más cine, por favor. Letra y música a la cuenta de Aute, las cervezas y los bocatas a la mía.
- Pausa. Cigarrillo. Brazo extendido. Mechero naranja fosforito. “Boses” de tercera mano. Tom Waits. “Downtown train”.
- El humo ciega tus ojos, me dice sensual Dinah Washington.
- Historiadores del arte, de la literatura y del mito comparten dictamen. Conductistas, psicoanalistas y psicólogos cognitivos coinciden en el diagnóstico: Penélope era pasiva-agresiva.
- Bartleby me ha convencido: preferiría no hacerlo.
- Cita sobre cita, cito de memoria. Max Jacob, Julio Cortázar, “Un tal Lucas”: ¿el campo?, ese lugar donde los pollos se pasean crudos…
- Nunca he estado a menos de 932,74 euros + IVA, ida y vuelta, de Dinamarca. Huele a podrido en el invierno de mi corazón.
- A los profesores sin muescas en las empuñaduras de las calculadoras con las que evalúan a sus alumnos.
- Alguien voló sobre el nido del cuco: el buitre leonado o la rata voladora; sean generosos con la taxonomía.
- 6:30 AM. Dos vasos de agua, zumo de oferta, café con leche –dos-, 5 miligramos de diazepam: hoy puede ser un gran día.
- Apologizo, razono y defiendo la soberanía popular. Creo en la estulticia popular.
- La mejor de las tradiciones literarias occidentales aconseja volver a casa. Sin prisa, tómese su tiempo: Jack Daniel´s, Circe, Calipso o Nausica le acompañaran en su odisea. Después no exija demasiado: ignore los rumores y ni se le ocurra dar crédito a los cotilleos de una tal Molly Bloom.
- Se alquila eufemismo.
- Hay elite vulgar.
- El psicólogo León Kamin defiende la inteligencia. Sin medidas, sin desprecios, sin exclusiones: dignifica su profesión.
- Gatopardos de todos los países: dejadnos en paz.
- A las adolescentes de piel de manzana o melocotón que tenían –inmisericorde tiempo verbal- al barrio guardando cola, revoloteando por las aceras y que volvían a casa antes de que dieran las diez.
- Al hombre tres veces sapiens y honrado.
- A la mujer tres veces sapiens y honrada, y que recoge los calcetines sucios cuando los demás duermen, prepara la ropa de sus hijos y los bocadillos que mañana necesitarán, los guarda en la nevera envueltos en papel de aluminio, ordena el salón y cuando se acuesta aún tiene fuerzas para extender el brazo hasta la superficie de la mesilla de noche y recoger ese libro que tanto le gusta de las hermanas Bronté.
- A los profesionales que jamás, dados los tiempos que corren me siento impulsado a repetirlo: jamás, han confundido el decoro con el estipendio.
- A los estudiantes que estos días nos están dando una lección “ex catedra”. Hoy como hace demasiados años han sido realistas y han pedido lo imposible: enseñanza pública de calidad al alcance de todos y dignidad.
Espero que sepa disculpar la extensión y la intensión de este post.
Un saludo de,
ABCDEFG…,
Portavoz de la CADSP (entre nosotros, Coordinadora de Alérgicos a los Departamentos de Selección de Personal)

Anónimo dijo...

Amigo Quercus: soy una paseante bloguera que sigo con asiduidad sus posts. En primer lugar quiero felicitarle por la riqueza y la variedad de los temas que trata, así como por la sensibilidad y gentileza que trasmite en ellos.
Hasta ahora no había realizado ningún comentario porque pocas cosas necesitaba añadir a lo expuesto por Vd. y por los comentaristas. Pero en esta ocasión me atrevo a hacerle dos sugerencias. Una de ellas a la película París, Texas (que comentaré más adelante) y la segunda a uno de los comentarios que he leído en su blog y al que me gustaría responder directamente pero no puedo hacerlo porque es anónimo.
Quiero suponer que ABCDEFG está utilizando unas claves que Vd. conoce, pero para los visitantes que paseamos por la blogosfera nos resulta difícil de interpretar, por ejemplo: ¿donde están las cacofonías?, ¿hay “rencor afectuoso”?. Disculpe que me aturda un poco en esta secuencia de contradicciones entre el rencor y la afectividad. O, cuando habla de la película, alude a:”tremendo varapalo” para luego guardarla en un lugar del encéfalo (grandioso espacio) junto con otras que enumera. Por no hablar de la recopilación más o menos exhaustiva de greguerías y aforismos que deben ser muy prácticos para muchas situaciones de la vida, pero, por favor quiere alguien decirme que le pasa a este buen “anónimo” ¿por qué no comenta los temas tratados en cada una de los posts, y por el contrario elabora sus propios discursos llenos, al menos para mí, de incógnitas? Con todo mi respeto: ¿se ha planteado hacer su propio Blog?
Queremos sentirnos parte de la normalidad y disfrutar del regalo que supone compartir impresiones y hallazgos como este blog.
Pasando a otro tema, me gustaría introducir una pequeña anotación discordante con Vivoleyendo (a la que he leído y disfrutado) y aún estando totalmente de acuerdo con el contenido de su crítica me parece que le da un título confuso.
Dice: “Ella quería algo y yo no supe ver lo que era”. Si el título quiere subrayar el/los elementos fundamentales, la causa primaria que desencadena la trama/tragedia siguiente, debería centrarse en el controvertido tema de los celos patológicos que conllevan intensos sentimientos de inseguridad, auto-compasión, hostilidad, depresión, y suelen ser destructivos para la relación, como así sucede en París, Texas.
Muchas gracias por el espacio de placer que nos ofrece y disculpe si he utilizado su Blog indebidamente para comunicarme con el resto de la blogosfera.

Anónimo dijo...

Sr. Querqus, disculpe porque cada vez me parezco más a una especie de “okupa” en su blog, pero…
DE ANÓNIMO A ANÓNIMO.
Utiliza el registro adecuado y acierta en sus críticas. Me he dejado llevar por un exceso de complicidad con el titular del blog. Muchas gracias por dedicar una parte de su tiempo a redactar precisiones tan ajustadas. En próximas entradas procuraré utilizar claves menos personales.
Y para el titular del blog y el resto de lectores del mismo: en “Poeta en Nueva York” no se encuentra la frase que le atribuyo. Quiero pedir disculpas por ello. La que sí se encuentra en las primeras páginas del libro de Lorca es la siguiente: “Ni quiero, ni me importa, ni me da la gana”.
Que me disculpen también las hermanas Bronté, porque en realidad me estaba refiriendo a las hermanas Brontë.
UN SALUDO,
Abced…

Ángel Fondo dijo...

Quercus, lamento no poder comentar sobre “Paris, Texas” pues de ella no recuerdo apenas nada, excepto la música. Volveré a verla.
Aún así, y a propósito de ese llamativo guirigay que se te ha montado en los comentarios, sí me apetece decir algo, y envalentonado por ese atrevimiento lo hago:
Considero que es siempre un gran placer tener a alguien que ocupa parte de su ocio en pensar en nosotros, y si además es leyendo atentamente nuestros intentos de escribir coherentemente sobre los temas que nos place, doble satisfacción.
Por supuesto no es indispensable que el afecto deba transcribirse mostrando un perpetuo acuerdo con los gustos u opiniones del propietario del blog, incluso diría que da una cierta e indiscutible vidilla eso de controvertir opiniones. Así que, dirigiéndome, con inmenso respeto, a tu anónimo amigo ABCDEFG… tan sólo me aventuraría a censurarle y con mucho cariño, que a pesar de todo el esfuerzo que ha debido costarle tan largo discurso, adolezca de la suficiente claridad como para que al menos podamos entenderlo los demás invitados a la fiesta. Todo esto dicho, como ya dije anteriormente, desde el respeto y con una innegable admiración por su singular manera de continuar jugando ajedrez con tan alto nivel de erudición.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

DESDE LA GRAN BARRERA DE CORAL. AUSTRALIA.
Sr. Robin:
No se me ocurren más maneras de disculparme pero si encuentro alguna lo haré.
Mi desconocimiento del protocolo bloguero puede explicar algo.
No hay más claves que las de una larga amistad con el sr. Quercus y una profunda coincidencia, por encima de las discordancias/discrepancias, sobre las grandes manifestaciones de la cultura que de manera tan elocuente nos está mostrando con la excusa de fragmentar su memoria.
Como es de suponer, no sé jugar al ajedrez más allá de los movimientos más rudimentarios.
Ahora, si usted me lo permite y sin que en ningún momento pueda tomarse como una desconsideración, me gustaría ocupar el lugar, del que jamás debía haber salido, en la casa/blog de nuestro anfitrión: el del que tiene la boca tapada con una buena y fresca lata de cerveza.
Tocado y hundido,
Un saludo,
Abced…

Ángel Fondo dijo...

Sr. Anonimo:
Ni se le ocurra salirse de la fiesta, no creo que exista protocolo bloguero alguno, y lo que en ningún caso me perdonaría y de ningún modo me disculparía a mí mismo, sería no acompañarle a dar buena cuenta de esa lata de cerveza o de una de sus hermanas. ¿Acaso cree usted que si sus textos resultaran indiferentes e intrascendentes se hubiera suscitado polémica alguna?
Por ello, apelando a lo que por esa común amistad nos convierte en algo así como amigos segundos, le ruego continúe por aquí.
Y no tenga duda alguna, seguiré leyendo atentamente, tanto lo que Quercus nos vaya descubriendo de si mismo y su gustos, como sus inteligentes comentarios; la única diferencia es que ahora usted ya sabe que tiene otros lectores, que no es tan sólo su amigo quien lo lee.
Un buen comentario es la mejor recompensa que puede conseguir alguien que al escribir expone una parte importante de si mismo a otros en un blog.
Además, a Quercus parece sentarle de maravilla tenernos por aquí. ¿Suficiente argumento?

Un saludo afectuoso.

Anónimo dijo...

Mi estado interior no esta moldeado por los acontecimientos externos. Sencillamente no es así. Cualquier cosa que suceda, yo sigo siendo el mismo. En la raiz de mi ser está la conciencia pura, una chispa de luz intensa. Esa chispa, por su propia naturaleza, irradia y crea imagenes en el espacio y el tiempo, sin esfuerzo y de manera espontánea. Mientras que es meramente consciente , no hay problemas. Pero cuando la mente discriminativa aparece y crea distinciones, surgen el placer y el dolor... Esto dice un buen amigo, y yo intento llegar a la esencia misma de su pensamiento que tanto sosiego me ha dado, :)

Namaste. Laskhmi.