martes, 30 de diciembre de 2008









CANTAUTORES

Mi generación tuvo la suerte de disfrutar de toda una explosión de cantautores, nacimiento colectivo irrepetido y quizás irrepetible (o a lo mejor es que caigo en el tópico de que cualquier tiempo pasado fue mejor).

Eran buenos tiempos para la lírica y malos para las libertades, pero aquel puñado de personas con sus canciones y con su música nos hicieron más llevaderos unos años grises -pero esperanzados- y nos ayudaron a creer que era posible la utopía. Algunos de ellos, ya sesentones (o casi), continúan componiendo y cantando con la misma pasión, como si hubieran hecho un pacto con el diablo, como si las arrugas y la deserción de sus antaño melenas, no les hubieran afectado a sus ideales y a sus voces. A otros se los llevo la parca (¡ay!) y algunos consideraron que sus canciones tenían fecha de caducidad y que ya habían cumplido con su compromiso social y volvieron a “sus quehaceres”.

Eran cantantes para una inmensa minoría, pero dejaron huella en nuestra vida, tanto en las menudencias cotidianas, como en los “grandes” acontecimientos (personales y colectivos) que han jalonado nuestra existencia. Les debemos mucho y yo, desde aquí, quiero ir rindiéndoles mi pequeño homenaje.

Me resulta tan difícil establecer prioridades así que dejaré que sea el azar o el impulso no meditado quien se encargue de irlos haciendo aflorar.

No obstante, tengo que reconocer mi absoluta preferencia por Lluís Llach, y en concreto por una canción suya: “I si canto trist” porque además de su belleza intrínseca, tiene para mí un recuerdo especial, en aquel febrero de 1974 mi primer hijo se debatía entre la vida y la muerte en una uvi para prematuros.

El segundo vídeo es una demostración de su capacidad para componer y sentir la música. Pertenece a la BSO de la película "Salvador"


I si canto trist

Jo no estimo la por, ni la vull per a demà,
no la vull per a avui, ni tampoc com a record;
que m'agrada els somrís
d'un infant vora el mar
i els seus ulls com un ram d'il·lusions esclatant.

I si canto trist
és perquè no puc
esborrar la por
dels meus pobres ulls.

Jo no estimo la mort
ni el seu pas tan glaçat,
no la vull per a avui, ni tampoc com a record;
que m'agrada el batec d'aquell cor que, lluitant,
dóna vida a la mort
a què l'han condemnat.

I si canto trist
és perquè no puc
oblidar la mort
d'ignorats companys.

Jo no estimo el meu cant, perquè sé que han callat
tantes boques, tants clams, dient la veritat;
que jo m'estimo el cant
de la gent del carrer
amb la força dels mots
arrelats en la raó.

I si canto trist
és per recordar
que no és així
des de fa tants anys.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sr.Javier Quercus: Recién esta mañana entré por pura casualidad en su blog y he de decirle de antemano que me ha agradado extraordinariamente.Le manifiesto que al principio pensé que iba la cosa de botánica, pero después ví que es usted un polifacético y que es capaz de tocar cualquier tema por diverso que sea con auténtica amenidad y desenvoltura. Naturalmente, se adivina enseguida que ha leído usted muchísimo. Como el material tan diverso expuesto se presta a ello, sería para mí un placer comentar algunas de sus intervenciones en sucesivas notificaciones que le pienso enviar si acaso Dios no lo remedia. Vaya por adelantado mi amenaza epistolar y quien avisa no es traidor. Sr. Quercus, mi felicitación por el buen rato que me ha hecho pasar. Y por hoy punto final, que la hora un tanto intempestiva y un cierto sueñecillo que va entrando no dan para mayores desenvolvimientos. Reciba un cordial saludo de un cubano que ha por nombre Raúl.

Anónimo dijo...

Sr. Quercus: Lo amenacé con mandarle algún comentario y hoy, la hora propicia y mi disposición ad hoc favorable, cumplo lo prometido. Y lo voy a hacer sobre un tema que siempre me ha interesado sobremanera: las andanzas del pueblo judío, sus luces y sombras, que de todo ha habido y en grado superlativo. Ello, claro está, en relación a su artículo tan acertado acerca de "Aritmética emocional" de 23/12/08. En él, critica Vd. la barahúnda de filmes (por no mencionar libros, etc) que ha generado el llamado Holocausto. Sin embargo, yo lo veo la mar de normal. Para un productor cinematógráfico (capitalista, seguro; judío, bastante probable) resulta doblemente atractiva la empresa de generar un filme que le va a dar un montón de millones ya que el tema de antemano tiene asegurada una aceptación y si además se es judío, pues eso, miel sobre hojuelas, se habrán matado dos pájaros de un tiro. Si yo fuera de ascendencia judía, cosa que me gustaría averiguar porque tengo una nariz harto sospechosa, más otros rasgos ídem, y además tengo una hija y una prima que son bastante, pero bastante parecidas a la que se podría clasificar como modelo estético de esa etnia (me refiero a la inefable Barbra Streisand), bien podría en ese caso producir (si tuviera esos millones que no tengo, claro está) cintas como "Aritmética emocional". Money is money, jews are jews, it is easy to understand. Y ahora me refiero al comentario que inserta Vd. refiriéndose a su propio artículo. Nos ofrece una nómina apabullante de judios llegados a la cima; no están todos ni muchísimo menos, pero para completarla siquiera un poco, se habría de añadir un nombre, el de la persona que más ha influìdo en la humanidad en todos los tiempos y que nadie menciona cuando se trata el tema: Jesús de Nazaret. ¿Acaso si existió realmente no fue un judío de pura cepa? ¿Por qué se empeña la gente en omitir su nombre? Ya sé que si algún ultra católico leyera esto, se rasgaría las vestiduras, pero no es para tanto, señores; judío fue mal que les pese. ¿Sabe Vd. lo que dijo un investigador de lo más serio refiriéndose a España? Dijo que si agitáramos el árbol genealógico de la gran mayoría de españoles, entre los frutos que caerían, una buena parte serían judíos aunque camuflados (Ojo, la Santa Inquisición acecha). !Ah! añadamos a la lista dos nombres, dos columnas de nuestra hispanía: Santa Teresa de Jesús (caso superdemostrado por parte paterna) y Cervantes (casi demostrado también por parte paterna). Eso no quiere decir que no fueran católicos de pro. Resulta que algunos judíos o sus ascendientes, cuando se convertían, podían llegar a ser más papistas que el propio Papa. Milagros de la amenaza de la hoguera y la confiscación de bienes.
Me gustaría mucho, si a bien lo tiene, que se repitieran más temas sobre el asunto. Gracias de antemano. Raúl.-

Anónimo dijo...

CANTAUTORES.
“¿Las chuletas de cordero son cordero?, se preguntaban hace un tiempo Faemino y Cansado.
“Hay quienes no pueden imaginar un mundo sin pájaros; hay quienes no pueden imaginar un mundo sin agua; en lo que a mí se refiere, soy incapaz de imaginar un mundo sin libros”, confesaba J.L. Borges hace un tiempo.
Si la historia no tiene memoria, ¿qué es?, ¿TAE?
Mi memoria sentimental se desdibujaría sin la honorable compañía de ese excelente grupo de músicos que la historia más reciente recuerda como cantautores.
Iconoclastas, subversivos, decentes y comprometidos: en estadios, en campos de futbol o en pequeños escenarios demasiado agrietados por el miedo, mitigado apenas por su música y la integridad de unos pocos.
“Inmensa minoría”, dice usted, dejándose llevar, quizá, por honestas tradiciones literarias. Yo recuerdo minorías sin más.
No quiero hacer un listado de los representantes más destacados, no sería adecuado, no se lo merecen, nos acompañaron al alba o al vent y nos enseñaron que la cebolla puede ser la materia con la que se hacen los sueños y las esperanzas.
¿Llach?, sí. Las canciones que usted destaca y algunas más: “l’estaca”, “viatge a Ítaca”, “el jorn dels miserables”, “maremar”, “venim del nord, venim del sud”, “ vinyes verdes vora al mar”, “ara mateix”. Y algunas más.
Por mi parte quisiera recordar a uno de los que ya no están.
Quart 23/Valencia Cinema Teatre. Mi memoria no lee bien la fecha. No más de treinta personas en la sala. No le importó, actuó como si fuéramos mil o diez mil. “Homenatge a Teresa”, “Els amants” o “La fera ferotge”. Vestuario, ojeras, escenario y voz del mismo color. Toti Soler a la guitarra. En acabar, como diría él, a la salida del teatro, como recuerdo yo, Ovidi Montllor se despidió uno por uno de todos nosotros.
Me he cansado de ser apócrifo,
Saludos,
Vicent.

Ángel Fondo dijo...

Sin duda los cantautores guiaron y marcaron mi vida. Me descubrieron la poesía hermanada con la música, dos de mis declaradas pasiones; fueron acompañamiento de alegrías, tristezas, revoluciones, esperanzas, inolvidables momentos compartidos. ¿Es posible regresar en un instante a la adolescencia y juventud?: Sí, escuchando a Serrat en “tu nombre me sabe a yerba”, a Aute en “al alba”, a Raimon en “d'un temps, d'un país” a Victor Jara en “te recuerdo Amanda”, a Labordeta en “Rosa rosae”…la lista y canciones sería interminable.
Parece que Lluis Llach dedicó, en secreto, “I si canto trist” a Salvador Puig , ese joven anarquista vilmente ajusticiado por Franco y su régimen fascista.
Tal vez haber vivido estos acontecimientos y la proximidad emocional que tuvimos con los cantautores, es la principal causa de nuestra evidente diferencia con esta juventud actual, tan errática y desorientada.

Un saludo.