viernes, 14 de noviembre de 2008




NOSTALGIAS

Esta mañana fumaba paseando por el jardín (o paseaba para fumar, no sé) que rodea el edificio donde trabajo. Es un lugar hermoso pero sembrado de cadáveres, de fantasmas de compañeros que ya no están pero con los que sigo conversando porque sus huellas aún no se han borrado; persisten en los detalles minúsculos que sólo creo ver yo: este árbol lo plantó "x"; aquellos macizos de plantas aromáticas eran la ilusión de "y"; esta otra planta exótica la trajo "z", con pocas esperanzas, por cierto, de que sobreviviera pero que está ahí , no sé si añorando su país de origen o a quién tanto la mimó.
Inevitablemente tengo que contener las lágrimas, sustituirlas por una profunda bocanada de humo que llena mis pulmones, no como el tóxico que acabará matándome sino como la sustitución de la aprehensión de sus almas que me llevo al interior, a las cavernas de mi ser.
Pero, paradójicamente, siento una especie de felicidad absurda: me encuentro acompañado, de ninguno de ellos he visto sus cuerpos inertes, disfrazados, fríos… sus rostros y sus cuerpos, por tanto, siguen siendo los mismos, los que espero encontrar en cualquier momento.
Vive en mi mente el gesto complaciente (o de rechazo) ante el cigarro ofrecido y los minutos de charla amigable; detrás de los comentarios más o menos intrascendentes está la mirada de quien, con el paso de los años, ha visto en mí y yo en él, las huellas que te van moldeando la cara, la expresión; el desencanto que te va habitando poco a poco y que se instala hasta en tu forma de caminar, de subir la escalera y hasta en la firma de control horario, firma que es cada vez más garabato, cada vez más nada.
Os añoro, compañeros: mañana seguiré paseando y repetiré el mismo gesto de ofrecer un cigarro para justificar el rato de charla que imaginaré.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Algo se muere en el alma cuando un amigo se va...

Mejor será aceptar esta peli como es, de lo contrario nos barre , pero pq nos extrañamos tanto? el vivir y el morir son caras de la misma moneda, toda la naturaleza nace y muere constantementem ¿somos nosotros diferentes?, materia organizada que se desorganizará, eso somos, ¿o somos algo mas?... cada uno responderemos de distinta forma, podemos imaginar lo que queramos, no hay límite.. para mí lo mejor es estar ligero de equipaje, en cuanto menos mejor, y curiosamente, cuanto más suelto, mas cómoda estoy.... Lashkmi.























































amigo se va...













Algo se muere en el alma cuando un amigo se va...

Tengo un amigo que es radicalmente sabio,

Ángel Fondo dijo...

Como parece, siempre he de ir comentándote un escalón por debajo de tu último texto, sé que no te importa, la espera tiene su lado bueno, su inesperada sorpresa y ese pequeño gozo al descubrirla.
Parece que esos fantasmas benévolos que te acompañan sean parte de una nueva conciencia en cierta parte de la memoria; conciencia que va acrecentándose con los años, eso y la consecuencia lógica del reflejo mostrado por la muerte, y no la nombro con el menor temor, en ese espejo nuestro que retiene la imagen de esa huida que van llevando a cabo algunos amigos y familiares.
Hay también, unida a esa leve aunque persistente tristeza de su recuerdo, una manifestación hiriente de nuestra propia decadencia, y el intento, no sé hasta que punto baldío, de superar día a día la losa de seguir manteniendo la cordura y pretender tener eso que, a ratos, dulcemente inunda, la felicidad.

Ah… y vaya un éxito que estás teniendo en mi casa con tu comentario, ya hablaremos de tu excelente perspectiva...

Un abrazo