viernes, 22 de enero de 2010


Críticos con criterio crítico: Carlos Boyero

Hace tiempo y bajo el mismo título que aparece sobre estas líneas dediqué un comentario elogioso a Antonio Gasset, uniendo su nombre al de Carlos Boyero, como ejemplos de críticos de cine llamémosles “peculiares”.


Decía entonces y reitero ahora que se puede no estar de acuerdo con ellos pero se agradece su forma poco académica, personal y arriesgada de abordar sus comentarios.
Seguramente son eruditos pero no hacen alarde de ello, sus valoraciones tienen un grado de subjetividad que invita a la discusión, a la discrepancia, al tratamiento de tú a tú.


El caso de Carlos Boyero es quizás más exagerado que el de Antonio Gasset, es un tipo que opina con rotundidad pero que es capaz de desdecirse o reconsiderar su opinión si llega a la conclusión de que en el momento de emitir su juicio crítico no estaba “en un buen momento”.
Digamos que es un personaje muy humano (en su doble sentido), que no se corta a la hora de enfadarse con los que le preguntan en los chats de los periódicos en los que escribe y que incluso pierde las formas y las buenas maneras, es un provocador.


No es que esta actitud me parezca elogiable pero en el fondo me gustan estos prójimos/próximos que sacan a pasear sus debilidades en público – como Umbral, como Fernán Gómez- y son capaces de organizar la marimorena. Y me gustan, digo, porque detrás de esas invectivas que presagian relaciones difíciles en el trato directo, adivino una sinceridad y una lealtad más allá o más acá del aparente egocentrismo y casi endiosamiento que muestran exteriormente.


A Carlos Boyero me lo puedo imaginar conteniendo las lágrimas visionando una película y también levantándose cabreado de la butaca ante lo que considera un bodrio infumable (esto último no me lo tengo que imaginar, sucedió en un Festival famoso y fue criticado por un montón de prestigiosos cineastas que consideraron, con razón, que su gesto fue poco profesional).
Por eso, porque me parece una persona lunática, genial, inteligente y con opinión propia leo sus críticas para aprender o para cabrearme yo también con él.


Anoche, después de ver “La teta asustada”, Oso de Oro del Festival de Berlín, quise conocer lo que Boyero opinaba de ella, encontré su crítica, la leí y me gustaría haber podido hablar con él, copita en mano, para discrepar amigablemente (o no).



Dejo aquí un extracto como muestra de su forma de hacer:

“La teta asustada (reconozco que el título posee ovarios), dirigida con sentimiento y conocimiento por Claudia Llosa, no me provoca ni de lejos ni de cerca ningún volcán anímico. Centrada en el sufrimiento psíquico de una indígena peruana debido a la maldita herencia que pilló de su violada y consecuentemente desquiciada madre, intenta extraer lacerante poesía y costumbrismo veraz de la cotidianidad o la tragedia de gente herida, humillada, traumada y resignada.
Cine con planteamiento honesto (no sé qué significa concepto tan enfático, pero sé que se usa mucho, aunque rara vez constato que aparezca el arte), intérpretes que no saben o no necesitan interpretar, sensación de realismo y bienintencionadas intenciones. O sea, un material tan correcto como tibio para los placeres que yo sigo esperando en el cine.
Esta Berlinale ha sido aún más intranscendente que mediocre, pero los premios le podían haber caído a cualquiera. Me voy a tirar el rollo. Bienvenido sea el multiculturalismo, el galardón a la simpleza exótica, la certidumbre de que hay que reconocer en público el mérito del cine personal y posibilista que no mantiene ninguno de los al parecer obscenos ganchos que embrutecen al espectador convencional, las películas invisibles que nos hablan con un lenguaje distinto de la problemática de los seres humanos en cualquier e ignorada parte del universo. Qué pesadez, qué muermo, qué mentira.”

No tienen desperdicio las frases finales con las que acaba su comentario:


“Me parece normal que nos quedemos en paro hasta en esta profesión tan rara, tan inútil y tan contaminada de los críticos de cine. Peor, me contaba un amigo castizo, es andar picando piedra.”

1 comentario:

Hosco dijo...

Metacrítica de los críticos con criterio crítico.

Espectacular manejo de la batuta en esta particular sinfonía multicolor del abecedario en todos sus frentes y fuentes.
Clave: 1P0C0D€1R0N1A-V1RTUAL-$1NFALTAR.C0M

Post escríptum.
Si fuera cosa de faxes, concluiría con el susodicho OK.
Tengo medio “calao” a Carlos Boyero: o es un apocalíptico salvaje en estado de limo larvario o cada mañana le pega un buen viaje a la benzodiazepina antes de asomar el morro al gallinero.
Si se concreta eso de la copita, grábalo para que disfrutemos los amigos.
Buen “kit” extinto -o en vías- has rejuntado en el post: Fernán Gómez, Umbral, Boyero y Gasset; provoca, que algo queda… ¿Qué podría añadir sobre ellos que no se haya dicho…?: nada.
Viendo o leyendo lo que escupen-escriben gran número de quienes gozan de impecable salud a prueba de miseria y sufrimiento ajeno, me permito concluir el comentario manipulando una de las frases potentes de tu entrada: ¡viva la marimorena!
Inserta de nuevo la clave.
Lo de la teta y sus circunstancias lo dejo para cuando la vea.
Saludos.

Addemdum.
Me puede explicar usted - el cambio de trato es preceptivo en toda metacrítica que se precie- y sin que tenga nada que ver con lo que comenta, ¿qué cojones dice Joaquín Sabina en su canción “Virgen de la amargura”?
Saludos al cubo.