jueves, 8 de octubre de 2009



La edad de las tinieblas

Este título y no el de “La edad de la ignorancia” es el original y corresponde mucho mejor a la tesis que podríamos calificar de “final”de la trilogía firmada por Denys Arcand y que comenzaba con “El declive del imperio americano” y continuaba con “Las invasiones bárbaras”.

Esa conclusión no es otra que el abandono de una sociedad regida por un sistema de valores asfixiante y alienador y huir, en este caso, a la vieja casita de su padre frente al mar y dedicarse supuestamente a cultivar su huerto.

Nuestro protagonista es un gris funcionario frustrado en su trabajo (no puede resolver nunca los problemas que le plantean los ciudadanos porque la “legislación vigente” opone siempre trabas insalvables), frustrado también en su vida afectivo/sexual de pareja y sin ninguna comunicación con sus hijas, enganchadas todo el día a los artilugios electrónicos de ocio solitario. Para más INRI su madre agoniza en una residencia sin que él pueda hacer nada por comunicarse con ella debido a su demencia senil ni tampoco ayudarla a bien morir.

Frente a este dramático panorama existencial, el director nos ofrece durante toda la película el recurso de concederle al personaje central una gran dosis de imaginación y, por tanto, de escape, a base de ensoñaciones sexuales y heroísmos ficticios.

Y aquí es donde creo que el guión hace aguas por todas partes, se entretiene excesivamente en las imaginaciones, los comentarios no son tan mordaces como se pretende y las críticas a las superestructuras están ya muy vistas.

Digamos que Arcand se rinde: en las anteriores películas había la misma crítica al tipo de vida primermundista, había desencanto, había mala leche para retratar a las ideologías, a los políticos y hasta a los sindicatos…pero había un puntal sólido: los amigos constituidos en familia, en mini-tribu, en refugio (a veces con goteras) frente a una sociedad sin expectativas de cambio.

Aquí no, la amistad , la comunicación, los encuentros de charla, sexo y taninos han desaparecido: el hombre está solo, masturbatorio y final. No hay nada que hacer, queda la pseudo-alternativa de desprenderse de todo, alucinaciones incluidas, y esperar esa nueva Edad Media resignadamente en un lugar donde al menos las agresiones sean las mínimas y donde una vecina te dé la oportunidad de ayudarle a cuidar su jardín…quizás ese ofrecimiento de la última escena sea “el principio de una gran amistad”.

Concluyendo: La película se deja ver, tiene momentos graciosos, está bien interpretada, pero es la peor a mi juicio de la trilogía y no aporta nada a las dos anteriores.

Es más, con todo su trasfondo negrísimo ni te emociona, ni te hace reflexionar y ni a los depresivos como yo nos llega a deprimir. En fin, un mito más que se nos diluye en la nada.

Final: Le tengo miedo a la última peli de Woody Allen…

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No he visto la película, pero la reseña me parece perfecta, es como haberla visto con mucha atención.
Cambio de tema.

Acabado de leer: El individuo no es más que la historia que se cuenta a sí mismo. Si un día deja de recordarse,sólo es ahora, solo le queda ser.
Laksmhi.

Anónimo dijo...

El individuo no es más que la historia que se cuenta a sí mismo, sobre si mismo*

monicalvarez dijo...

Hola Quercus:
sin duda un personaje que concentra todas las desgracias,con poca esperanza,escasa salida si no fuera que el mismo debería ser sujeto de cambio.Las salidas las busca uno mismo.No podemos esperar que otros nos ayuden a cambiar el mundo y también a nosotros mismos.Buen tema.
Saludos desde Chile

Hosco dijo...

ADVERTENCIA: las excepciones no cuentan, como es de suponer.


Estamos perdidos además de rodeados. O al revés.
Me refiero a Denys Arcand y a mí. O al revés.
Comparto tu crítica un 33,33%.
Los que siguen tu blog saben que es un nivel de coincidencia excelente.
Los excesos oníricos de la película se justifican por la sola presencia en los mismos de Diane Kruger.

Utilizo transporte público, escucho las conversaciones: vertederos inmundos.
Voy a centros comerciales, escucho las conversaciones: vertederos inmundos Pop.
Veo los informativos de televisión: vertederos inmundos Pop y colesterol.
He asistido a cursillos de formación: vertederos inmundos Pop, colesterol y formato EXCEL o POWER POINT.

Cada vez exijo menos/más de las películas dignas: me conformo con un 66,66 %.
¿A quién no le han robado alguna vez el mes de abril de la amistad?
¿Nunca te ha tentado la posibilidad de tener un refugio/casa de fin de semana?
¿Está el patio/sociedad para intentar salidas globales?

Estamos rodeados, perdidos y derrotados Denys Arcand y yo.
O al revés.
Saludos.

PD.
Gracias por pasarme la excelente copia de la película.