viernes, 21 de mayo de 2010


Sigourney Weaver, la teniente Ripley

Sigourney Weaver, como se puede apreciar en la foto, es una mujer atractiva, con una mirada viva, inteligente y seductora: una sesentañera con trapío.

Estudió literatura en la elitista universidad de Stanford y en la escuela de artes dramáticas de Yale.

No reparé en ella cuando Woody Allen le dio un ínfimo papel en Annie Hall; en mi disculpa diré que solo estuvo seis segundos en pantalla, pero me comprometo a ver la película por enésima vez para localizarla.

Un año después, (1979) ya como la valiente teniente Ripley protagonizó la que considero la mejor película de ciencia ficción (mis respetos hacia quien elija Blade Runner o 2001).

Naturalmente me refiero a “Alien, el octavo pasajero”, del director Ridley Scott en donde creo que por primera vez la heroína es una mujer.

Cuento la trama para refrescar la memoria de los que la han visto, los que no lo hayan hecho, jovenzuelos o adultos pecadores que la vean so pena de excomunión.

Siete tripulantes- Dallas (Tom Skerritt), comandante de la misión, Ripley (Sigourney Weaver), Kane (John Hurt), Brett (Harry Dean Stanton), Parker (Yaphet Kotto), Lambert (Veronica Cartwright) y Ash (Ian Holm)- viajan a bordo de una nave comercial llamada Nostromo. Están hibernados a la espera de llegar a su destino, que no es otro que la Tierra. Pero son despertados por un aviso que ha detectado el ordenador de la nave, y que proviene de un planeta cercano. El comandante de la nave decide investigar ya que considera que podría tratarse de una llamada de socorro.
Dentro de la nave alienígena, Kane descubre una enorme cámara llena de numerosos huevos, uno de los cuales libera una criatura que se adhiere a su casco, rompiendo su visor y dejándolo inconsciente.
Dallas y Lambert lo llevan hasta la Nostromo, donde Ash les permite entrar desaconsejando el protocolo de cuarentena propuesto por Ripley. Allí intentan arrancar a la criatura del rostro de Kane, descubriendo que su sangre es extremadamente corrosiva. Finalmente, la criatura se desprende por sí sola y cae muerta. Con la nave reparada, la tripulación despega, acopla el remolque y emprende el viaje hacia la Tierra.
Una vez a bordo de la Nostromo y con la oposición de Ripley, quien prefería respetar el tiempo de cuarentena, Kane queda bajo observación. Poco tiempo después parece que se ha recuperado, pero es sólo un espejismo. El alienígena está dentro de su cuerpo. A partir de ahí empieza la caza del alien, ya que éste se ha propuesto acabar, uno a uno, con todos los tripulantes de la Nostromo.

La película no te deja un momento de respiro, las transmutaciones del bicho en una dirección hacia lo humanoide, como en una especie de evolución vampírica que aumenta su inteligencia y cambia su forma con cada una de las muertes que ejecuta, provoca una sensación permanente de pánico. El ambiente aséptico, luminoso y tranquilizador de los lugares habitados de la nave, contrasta con el del que podríamos llamar las tripas de la misma: claustrófico, agobiante, casi irrespirable; una interminable serie de conductos oscuros donde la amenaza puede aparecer en cualquier momento.

En este contexto nos encontramos a Sigourney Weaver, la teniente Ripley última superviviente de los crímenes de lesa astronomidad, que cree haber matado al monstruo y se dispone a ponerse cómoda para volver a hibernar camino de la Tierra.
Pero no, el alien está allí agazapado, cual lobo feroz dispuesto a saltar de un momento a otro sobre Caperucita. Pero algo lo detiene…en la evolución mencionada se ha hecho sensible a la belleza femenina y él como yo, (y muchos más supongo) cortamos la respiración, nos hacemos todo ojos y contemplamos con recreación las larguísimas piernas de Ripley, su atlético cuerpo y tratamos de imaginar lo que se adivina tras la camiseta, aunque el modelito sea tipo obrero de la construcción.
Una secuencia de voyeurismo compartido en que por primera y última vez te solidariza con el alien.
Para el que no se lo crea, aquí dejo la foto.



Después hubo más Aliens, con la misma protagonista y su mismo carácter que no se arredra ante nada, pero...es lo mismo, pero no es igual.
Después Sigourney ha intervenido en multitud de películas, casi siempre en papeles estelares y con una solvencia actoral contrastada, de ellas destaco la ya comentada La muerte y la doncella, Gorilas en la niebla y Mi mapa del mundo.

Como se puede apreciar son películas en las que se requiere una mujer con carácter, con registros de acción o dramáticos; no me gustan, en cambio, por comparación las que en clave de comedia nos la presentan como una señora provocadora, arregladita y maquilladamente seductora.



El atractivo de Sigourney no está en el envoltorio, sino en su penetrante mirada, su expresividad y su fuerza interpretativa no exenta de ternura y feminidad cuando el guión lo requiere, y como testigos ahí están los gorilas que al parecer le tomaron mucho cariño.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

!Vaya reseña que has hecho de la teniente Ripley! con que diferentes ojos se ven las cosas, según pertenezcas al grupo femenino o masculino, nunca pensé que Sigourney fuese tan atractiva, el trabajo que recuerdo suyo es el de Gorilas en la niebla, y si, me gustó, sobre todo su valentia para estar en la selva y enfrentarse a las dificultades (el guion creo que está basado en hechos reales).

El argumento que comentas es realmente hilarante, nunca he tenido paciencia para ver pelis de ciencia ficción, pero quizas me haya perdido algo. Lakshmi.

Hosco dijo...

…Ropa interior y cámaras de hibernación, gato y ciborg, Velázquez y Goya, Lovecraft y Conrad, nave espacial y catedral gótica – no importa si de estuco o ferralla-, naturaleza y artificio, tentáculos y protocolo de seguridad, violaciones faciales y partos antinaturales, caos y cosmos, sangre y ácido corrosivo, ideas y creencias, negocio y deber, asepsia y “madre”, fuerza incontrolada de la naturaleza y fuerza de la lógica, Tánatos y Eros, Alien y Ripley…
…Y Sigourney Weaver.
Saludos
- Fe de erratas: parece que las frases intermedias sí han hecho huelga.
- Dedicatoria a modo de epílogo nuboso.
Le dedico este comentario sobre monstruos, feos de cojones, a los economistas del Fondo Monetario Internacional, a los contables de Tony Soprano y a los festeros que hace unos días mataron una vaquilla a golpes.
La sombra de Valle-Inclán es alargada.

Anónimo dijo...

He visto toda la saga de Alien en el cine y posteriormente en video y realmente son peliculas para amantes de la ciencia ficción. SOn todas ellas peliculas excelentes. Cierto es que la primera siempre es la mejor por la sorpresa. Personalmente me llamó la atención la actuación del actor inglés John Hurt que en aquel entonces era popular por su papel en la serie de televisión "Caligula". Allí descubri a la magnifica actric protagonista.

David Cotos dijo...

Atractiva en verdad y demuestra mucha fuerza en sus personajes.