
Denegación definitiva
Lo que hasta este momento era un “silencio administrativo” y, en consecuencia, merecedor de un atisbo de esperanza se ha transformado en un no rotundo e inapelable.
Los gorilas de montaña no me admiten de-ninguna-de-las-maneras.
Sometida mi foto (la del post anterior) a un exhaustivo análisis, TAC incluido, han comprobado que tras la apariencia sumisa y hasta soñadora se escondía esta otra, que ha organizado tal revuelo selvático que casi provoca una asamblea extraordinaria de la ESU (Especies Simiescas Unidas), para evitar nuevos intentos de infiltración humana.
La reversión a mi anterior estado, a pesar de que no dudo del gran trabajo realizado por la cirugía reconstructiva, no me acaba de satisfacer: se me han quedado ciertos rasgos de primate (entre chimpancé y macaco) que ya me ha costado el cargo político y quién sabe si el divorcio.
(Nota: Sé que un eminente biólogo del SDT-IVIA ha intervenido en las investigaciones. Te lo digo clarito: “Me he quedado con tu cara, sé tu dirección y hasta te puedo localizar en facebook … cuídate de los idus de marzo”)
Aún así, y para conservar un poco de dignidad en el llanto, he recurrido, de forma excepcional, a un manual de instrucciones que me ha prestado mi amigo Julio Cortázar.
Instrucciones para llorar.
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza.El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente.Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca.Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto.Duración media del llanto, tres minutos.