martes, 3 de febrero de 2009


Los Beatles: Yesterday


Ayer

Todos mis problemas parecían tan lejanos
Ahora parece como si estuvieran aquí para siempre
Oh, creo en el ayer

De repente
No soy ni la mitad del hombre que era antes
Hay una sombra que se cierne sobre mí
Oh, de pronto llegó el ayer


¿Por qué tuvo que irse ella?, no lo sé

No me lo quiso decir
Yo dije algo que no debía
Ahora anhelo el ayer

Ayer
El amor era como un juego fácil
Ahora necesito un lugar donde esconderme
Oh, creo en el ayer

¿Por qué tuvo que irse ella?, no lo sé
No me lo quiso decir
Yo dije algo que no debía
Ahora anhelo el ayer

Ayer
El amor era como un juego fácil
Ahora necesito un lugar donde esconderme
Oh, creo en el ayer



Los hombres parece que somos bastante cortitos a la hora de entender a las mujeres, no sabemos (ellas dicen que no queremos) captar los signos, señales y a veces los semáforos con las tres luces encendidas a la vez, que deberían indicarnos que las cosas en la pareja no van bien, o simplemente no van a ninguna parte.


Pues no, no nos enteramos; luego, después de la ruptura largamente anunciada, nos ponemos a darnos a nosotros mismos unas explicaciones de lo más peregrinas e incongruentes.


Primero nos creemos el ombligo, el epicentro, el núcleo de la célula, hacemos alardes de seguridad, suficiencia y hasta de manifiesta superioridad y después resulta que ya no somos nada, que los fantasmas nos acosan y que las tinieblas nos envuelven.

Es el tiempo de las añoranzas y de la simplificación: ella me dejó por un malentendido, “por algo que dije en un momento determinado o puntual” y que fue distorsionado y exponencialmente agrandado…
Así de simple, repito: él dijo algo, ella se fue no-se- sabe-dónde y por lo visto sin intención de volver con este inútil; ahora él no sabe qué hacer con su vida , está desconcertado, no sabe porqué se ha roto el juguete con lo sólido que parecía, ni encuentra refugio en su dolor.


Yo personalmente le aconsejaría que se fuera a casa de su madre una temporadita, que es lo que se suele hacer en estos casos. La bebida, el intento de suicidio o la búsqueda inmediata de sustituta no suelen dar buen resultado.


Paul McCartney (Lennon aquí puso poco, sólo el nombre según lo pactado), compositor de la archifamosa y multiversionadayesterday”, así entiende la ruptura y así (de mal) lo escribe, convirtiendo esta simpleza de canción en una fuente inagotada e inagotable de sueños, lágrimas, ilusiones y desesperanzas para millones de enamorados.


Los que no sabemos inglés pensábamos que decía cosas más interesantes y elaboradas, sirva esto de disculpa por haberla mitificado tanto; ahora intento no pensar en la letra para concentrarme en la música, y, si quiero seguir auto engañándome me pongo la versión de Ray Charles: un negro ciego debe decir otras cosas más profundas o al menos sentirlas con mayor profundidad. En los vídeos dejo la prueba

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Algunas veces la ignorancia tiene su recompensa :), como no sé inglés escuchaba con emoción esa canción de Los Beatles, ahora me dará la risa si la vuelvo a oir.

Esto es para Vicent. Efectivamente, no bromeaba, a menudo me he preguntado quién soy y que hago dándo vueltas en esta pelota.

Para intentar averiguarlo pienso que tendré que empezar por descartar todo lo que no soy.

Sé que mi cuerpo es materia organizada, que se desorganizará a su debido tiempo, la imagen que t engo de mi misma es lo más cambiante que hay en mí, completamente vulnerable, a merced de cualquiera que pase por mi lado, un disgusto, un insulto, la perdido del trabajo, y lo que llamamos persona, cambia profundamente. trato de sentir que significa ser , sin ser esto o aquello, todos los hábitos se oponen a ello y la tarea puede ser larga, si algo me define diria que soy consciencia, aunque cuando duermo no tengo consciencia de quien soy, pero sigo siendo...creo que Soy, pero no sé que...

A medida que observo el mundo mental lo encuentro más colorido y más perfecto de lo que puede proporcionar el cuerpo, es como entrar en una habitación oscura, no se ve nada, ni colores ni formas, luego se abre la ventana y la habitación se llena de luz. La ventana es quien da la luz, pero no es su origen. El sol es el origen, del mismo modo la materia es como la habitacion oscura, la consciencia -la ventana- inunda la materia con sensaciones y percepciones y lo supremo es el Sol, el origen de ambas, la materia y la luz. Cuanto me gustaria conocer tu opinión, aunque no sé si mi exposición es lo suficientemente clara. Laskhmi.
La opinión de todos. :)

Anónimo dijo...

Vicent, cuando decía "mente" me referia a la mirada interior, la mente puede ser bastante engañosa.

Lejos de causarme ningún conflicto, sentir que significa ser, sin ser esto o aquello, me ha proporcionado una grandisima tranquilidad, una gran paz, abandonar todos los deseos de alcanzar o poseer, abandonar a esas bestias negras que son el miedo y los deseos, y a sus hijos, la soledad, el temor, ect, ect. desgraciadas criaturas mentales a las que alimentamos y fortalecemos prestandole tanta atención y mimo, sin ser conscientes del dolor que ocasionan. Todo esto enlaza con lo que tú argumentabas en tú lúcida reflexión, Libertad. yo he tirado bastante lastre, pero aún queda, es tan gratificante el resultado, que tengo la mejor disposión y entusiasmo en seguir..

Laskhmi.

Anónimo dijo...

Aquellos buenos, patéticos y ridículos tiempos de los “pajaritos” de María Jesús y su acordeón.
Leo a Diego Manrique hace unos días en “El País” quejarse de la pandemia de versionados de canciones estándar. Pone como ejemplo algunas de jazz, blues y soul, las cien más famosas de los Beatles, la generalidad de la “copla” y algunas más que no es necesario especificar.
Buen artículo. Supongo que también polémico.
Se podrían añadir unas cuantas. Pero usted/ustedes me descuartizarían. Sin embargo no es mal reto. La pelota está en el tejado de cada cual.
No sé si versionar canciones excelentes es recrear, divulgar, banalizar o aumentar la liquidez de alguna cuenta corriente. Los dos últimos puntos de vista son una perversión.
Por lo visto y oído, no andan sobrados de creatividad estos buenos, patéticos y ridículos tiempos del “chiqui-chiqui” de Rodolfo Chiquiliquatre.
PD.
Ray Charles no cuenta.