jueves, 22 de enero de 2009
GAZA
La muerte de un hijo debe ser la experiencia más dolorosa que existe, mis padres la sufrieron en todas sus vísceras, nunca se repusieron del mazazo; mi hermana y yo hemos sufrido durante nuestras vidas las consecuencias de ese luto perpetuo, de esa tristeza aparentemente cicatrizada por los años, pero supurante en determinadas fechas. Quiero decir que conozco por aproximación, sólo por aproximación, lo que puede lacerar la muerte de un niño; si la muerte es por asesinato ya ni me atrevo a opinar.
La introducción la hago porque mi amigo Vicent en uno de sus comentarios (éste especialmente condensado, lacónico, con palabras como bisturíes) habla de las escalofriantes cifras de niños que mueren diariamente y que seguramente son mucho más altas de las que se nos dan a conocer.
Me subleva como a él que se olviden las muertes silenciadas -por consabidas, por habituales, por asumidas, porque no son noticia- y, aunque éstas, las recientes, las frescas, tengan el mismo valor que las otras, nos las meten en casa porque “los medios” así lo han decidido, pero con trampa: son víctimas inocentes de un enfrentamiento entre un pueblo que defiende su derecho a existir (aunque fuera mediante la creación de un estado artificial, como premio a su contribución monetaria a una guerra y como compensación a los que fueron gaseados, torturados , humillados) y un grupo terrorista al que hay que eliminar a toda costa y que cobardemente utiliza “escudos humanos” mientras lanza misiles.
“Usted póngase en nuestro lugar, el de los israelitas ¿no defendería a su pueblo hostigado, no trataría de acabar con los fanáticos aunque se produjera algún “efecto colateral indeseado? Nosotros también tenemos niños y mucha más antigüedad en lo que a ser atacados se refiere".
"Ni la ONU, ni los gobiernos, ni siquiera la gente (desinformada) tienen derecho a exigirnos nada, estamos en guerra.
Eso sí haran una tregua para no restar protagonismo al show del reciente amo del mundo en su día de vino y rosas. Después ya hablarán, por lo pronto le hemos pagado un viaje al muro de las lamentaciones y le hemos hecho unas fotos para que no se olvide."
Sí, Vicent, el número de muertos que estos días se han producido en Gaza, es comparativamente muy pequeño con respecto a la globalidad del genocidio a escala mundial, pero han decidido que tenemos que sufrir ahora con estas imágenes y no con otras. Los niños palestinos son hoy noticia, mañana dejarán de serlo dejando paso a otra escalofriante cita de cadáveres por malaria en África, por la participación de menores como soldados, por víctimas de minas, de maltratos, de abandonos, del sida, de experimentos médicos sin escrúpulos, de drogas, de…de….de…
Calificas tu comentario de “arisco”, sabes bien que te quedas corto, que la palabra es demasiado suave, que lo que estás, lo que estamos, es asqueados de tanta manipulación, hundidos ante la infinita impotencia de no poder hacer nada, de saber que no va a influir que unos cuantos miles salgamos a gritarles a quien no oye (ni menos escucha), que nuestras limosnas no arreglan casi nada, que tampoco serviría empuñar una piedra o una metralleta…
Lo hemos hablado mil veces: somos unos derrotados, la utopía que alguna vez creímos posible tropieza con el muro infranqueable de la naturaleza humana que aunque tenga algunas excepciones individuales o colectivas (pero que sólo afloran en momentos heroicos pero breves) no es suficiente ante la concentración de maldad inconmensurable de quienes detentan el “poder y la gloria” de los holocaustos vistosos y conmovedores, o subterráneos y malolientes.
Estamos en manos de unos asesinos que hasta parecen no ser conscientes de serlo. ¡Tal es el grado de pureza en su destilado de bilis que hasta encuentran justificación para sus genocidios activos o pasivos, por acción u omisión!
Cuando nos despistamos - la lucidez continuada sólo puede conducir a la amargura, cuanto menos- somos más ilusos que los negros usa afroamericanos queriendo creer que otro negro por el hecho de serlo se va a enfrentar a los poderosos que, graciosamente, han permitido que sea reina por un día.
Y yo/tú/nosotros (remedando a Javier Krahe…como unos gilipollas, madre) con nuestra voz en grito ahogado, nuestra buena voluntad, nuestro precario humanismo, nuestro clavel en el cañón del fusil que nos colocó un día una niña portuguesa aupada en su sonrisa…
Aquí estamos ya sin esperar un milagro ni siquiera ateo, sin esperar a un Godot porque sabemos que no vendrá a la cita, en una posición que creemos resistente, enrocados, hechos una piña defensiva con los restos éticos salvados del naufragio, pero inevitablemente…
¡Cabreados como aquel mono del zoo, enjaulado y viejo (yo presencié la escena) que después de haber recogido un cucurucho lanzado por un humanoide y tras la sorpresa de que en el interior sólo estaban las cáscaras, se fue a un rincón, cagó disimuladamente sobre su propia mano y con un gesto de desprecio le arrojó la mierda a la cara! Todo un ejemplo a imitar.
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reflexiones
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6 comentarios:
¿COMPARATIVAMENTE*?
VEINTICINCO MIL CUATROCIENTOS DIECISÉIS.
Del primero al último.
Si de la lectura del comentario al que hace referencia se desprende que mi intención era encubrir el genocidio perpetrado estos días por el gobierno israelí en Gaza, entonces bórrelo.
Si de la lectura del comentario al que hace referencia se desprende que mi intención era enturbiar el recuerdo de uno sólo de los cuatrocientos dieciséis** niños palestinos exterminados estos días por el gobierno israelí en Gaza, entonces bórrelo.
Si de la lectura del comentario al que hace referencia se desprende que mi intención era escupir sobre las tumbas de las mentiras del poder, de las de sus despiadados técnicos o de las de sus esbirros escribas, entonces déjelo.
Como es de suponer, suscribo el resto de su post sin apenas asteriscos.
Saludos,
Vicent.
*Si la interpretación que hago de este adverbio es equivocada, lo demás es redundancia:pido disculpas por ello.
**según las últimas estadísticas
Esta mañana,cuando he salido, he sentido la caricia del aire, calido y suave, los primeros rayos de sol se filtraban entre las hojas de los árboles, el día limpio y nuevo, !qué bienestar!...
he recordado lo que ayer leí en este blog, la luz y la sombra de la vida, he pensado, pero mejor que yo, lo dice Bertrand Rusell, en su misticismo y lógica: "Unido con sus semejantes por el más fuerte de todos sus vinculos, el de un destino comun, el hombre libre encuentra que siempre le acompaña una nueva visión que proyecta sobre toda tarea cotidiana la luz del amor. !Ojála nos corresponda derramar luz solar en su sombra, iluminar sus penas con el bálsamo de la simpatía, darles la pura alegría de un afecto que nunca cansa, inspirarles fé en horas de desesperanza....Si todos pusieramos en práctica, esto...
Lakshmi.
Amigo Vicent, ni por un momento he pensado que de las tres posibles alternativas de interpretación que planteas sobre tu comentario, las dos primeras tuvieran cabida en tu mente. Reconoce, no obstante, que tal como expresas ahora la tercera de ellas, queda bastante más clara y contunfente tu postura ideológica.
Ese "comparativamente" que te ha llegado a las gónadas no pretendía tener el sentido que le has dado , pero , en última instancia, me excuso por si alguien, por culpa de la posible mala utilización del dichoso adverbio ha podido formarse una idea equivocada de tu opinión.
Había empezado a escribir un comentario, pero lo he borrado, ya todos sabemos como es la humanidad, siempre me pregunto lo
mismo, ¿cómo es posible llevarnos tan mal siendo tan iguales?, el mundo avanza muy despacio y en zigzag, y quizas se destruya antes de que empecemos a entendernos, a la vida le dá igual, por cada lucecita que se apaga, encenderá 4 más, creando y destruyendo vida sin cesar, cuando se mira bien, y veo lo impersonal de todo, pienso, y a mi qué, vaya rollazo de película.
Es espeluznante pararse a pensar durante unos segundos e imaginar tan sólo alguna de las tragedias acontecidas durante las últimas semanas entre la población palestina. Y sin duda es ese terror intuido, capaz de provocarnos un pesimismo perturbador, el motivo por el que llegamos a acostumbrarnos a las repetidas imágenes. Es un mecanismo defensivo similar al que, supongo, nace en el soldado ante el horror inmediato; todo pierde su efecto, la muerte, el espanto y ese mecanismo primario, base para respetar la vida ajena, fenece ante la capacidad humana de habituarse o acostumbrarse a ver lo atroz como habitual.
Niños mueren y otros niños han presenciado la de sus padres, hermanos, abuelos, han visto a sus amigos destripados e irreconocibles. El terrorismo se nutre de ellos, son los nuevos peones, con una fortaleza sin igual basada en el odio y en su familiaridad con la muerte.
Y pensar que, en gran medida, nuestra sociedad del bienestar, nuestra riqueza de primer mundo, nuestras comodidades ilusorias y todo este montaje que es la sociedad consumista tiene un poderoso asiento financiero necesitado de guerras para poder mantenerse…
En fin, seguiré intentando pensar en estos horrores como algo lejano, pues no sé de otra manera para evitar hundirme en la depresión.
Un abrazo.
P
A
Z
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