sábado, 24 de enero de 2009


Cambio de especie

A pesar de que he tenido que someterme a múltiples operaciones quirúrgicas (que me han costado una pasta gansa, y un montón de gestiones con bancos y cajas de ahorro que se negaban en redondo a prestarme el dinero), yo creo que el resultado, como puede apreciarse en la foto es excelente.

Bueno, pues no ha servido de nada, o dicho de forma más castiza: mi gozo en un pozo. No me han admitido en ninguna de las manadas de gorilas a las que cursé instancia, ni en Ruanda, ni en Uganda ni en Zaire (en este último país creo que ha sido culpa mía porque ya no se llama así, que se llama República Democrática del Congo, y me han devuelto las cartas, que se las lleve a Mobutu, me han dicho).


Y mira que me rompí la perola argumentando mi decisión irrevocable de cambiar de especie visto lo que ocurre en la mía; les envié en dosier ilustrado de los comportamientos desde el mismo inicio de la bipidestación, les conté lo de Caín y Abel, las Guerras Púnicas y las otras, lo de Hiroshima y Nagasaki, lo de Hitler, lo de Bush…en fin, un resumen bastante aclaratorio de la condición humana.
Les adjunté un árbol (yo sé que les gustan los árboles) genealógico que me emparentaba con la misma Dian Fossey, bastante conocida por aquellos pagos… hasta les mandé una foto de Sigourney Weaver dedicada.

A pesar de que por edad me correspondería, renunciaba a la posibilidad de presentarme a “espalda plateada”; juraba someterme a las normas del grupo y a hacer un curso de alaridos renunciando a mi lengua materna; aseguraba presentarme ligero de equipaje (un libro de Cortázar y unas cuantas fotos para presentarles a mis pocos humanos queridos); prometía por mi honor no coquetear con gorilillas de buen ver sin permiso de la autoridad competente; renunciaba a cualquier adoctrinamiento político o religioso; me comprometía a una estricta dieta vegetariana (pedía la exención de comer insectos, eso sí) abjurando de la tortilla de patatas y los calamares a la romana; me brindaba a investigar sobre cómo elaborar algún tipo de vinillo o cerveza a base de plantas autóctonas…

En fin, yo creo que todo bastante razonable ¿no? pues ni aún así, silencio administrativo. No sé si es que no acaban de fiarse, si temen un contagio transgénico o es que en vez de llamarles “manada” les tenía que haber llamado “familia”.

El caso es que ya no puedo más, no hago más que querer desapuntarme de todo lo que me ligue a la especie “reina de la creación” y no hay manera: no me dejan apostatar, no me dejan intervenir en los asuntos públicos que me conciernen, no me dejan fumar en paz y posiblemente tampoco me van a dejar morirme dignamente.

Como dijo alguien: Que paren el mundo, que me apeo.

7 comentarios:

monicalvarez dijo...

Hola Quercus:

en realidad dan ganas de cambiar de especie,mirando y viviendo un mundo bastante insufrible,donde el cero respeto prevalece,se asesina y se destruye lo que merecería una armonía,un equilibrio y donde los nidos que cobijan al ser humano han dejado de ser protegidos.
Aunque escrito con algo de ironía,
lo que escribes tiene su gran cuota de desesperación y no es para menos.Claro que dan ganas de apearse y arrancar de esta "porca miseria".
Saludos desde Chile

Anónimo dijo...

Cuando me encuentro en un estado de ánimo como el que describes, lo que hago es releer una magnífica entrevista, de hace unos años, con Vicente Ferrer, ese valenciano que dá sentido a su vida estando al servicio de los desheredados, anarquista, republicano, jesuita y exjesuita...esposo y padre, Premio Principe de Asturias, bondad pura en accion, quien pudiera estar y trabajar junto a El.

Sólo me fijo en esas personas pq me hacen sentir mucha felicidad, por los que hacen tanto daño, ruego para que puedan ver la luz, están totalmente en tinieblas.

Conozco a alguien que diria, que la crueldad está en el motivo, no en el hecho. El matar hace daño al que mata, no al que muere.
Lakshmi.

Anónimo dijo...

Hay quienes defendemos que los animales poseen cierta inteligencia (entendida como "capacidad para resolver problemas") y que los simios "superiores" disfrutan de una inteligencia bastante cercana a la nuestra. Por lo tanto, el hecho de que los gorilas haya rechazado la solicitud de ingreso de un humano a su gremio no debería sorprendernos, es una postura realmente inteligente.

Si nosotros estamos al corriente de nuestras animaladas y fechorías, ¿qué no pensarán los animales de nosotros?
Bravo por los gorilas. De nuevo la Naturaleza nos da una valiosa lección, aunque haya sido a partir de un artículo escrito en tono irónico.

Ángel Fondo dijo...

Pues yo a la tortilla de patata no soy capaz de renunciar, eso sí, en parte ya casi se ha conseguido parar el mundo y si no me crees o tienes alguna duda puedes preguntar a cualquier mono chirigotero, por ejemplo a uno esos supuestos directores o gerentes de empresa, ya veras como te dice, con cara de tristísimo funeral, que tiene la impresión de que todos sus clientes murieron repentinamente hace un par de meses, aunque en cambio los proveedores están como recién resucitados y se han vuelto atentísimos, y tan amigos que no quieren dejarte solo ni cuando estás en el santísimo cuarto de baño. Utilizan los teléfonos móviles con una maestría única, son unos genios incomprendidos.
La especie, lo que se dice la especie está irreconocible y si sales una de estas noches podrás comprobarlo fácilmente, así pues no eres el primero en el intento, hay una fauna variopinta compuesta por toda clase de primates invadiéndolo todo.
Yo me bajo en la próxima…también.

Un abrazo.

Acuaman dijo...

Muchas veces he querido buscar alguna metamorfosis a alguna d elas inumerables especies animales que habitan en nuestro planeta.. o a lo que yo llamo una vida mas digna... pero despues de mucho darle vueltas he pensado que tengo que aprovechar mi condicion de homo sapiens (animal dizque pensante) para poder hacer algo por todas esas especies que estan ahi, expuestas a la barbarie humana... es asi como ahora en lugar de querer ser un chelonio (tortuga) cada esfuerzo que hago es en favor de que no se extingan... me encanto tu relato.. un abrazo desde mexico...

Quercus dijo...

Para Lakshmi: Conozco personalmente a Vicente Ferrer, ha venido varias veces por este mi centro de trabajo para recoger publicaciones y todo aquel material didáctico que pudiera ser útil para su misión humanitaria. Te puedo asegurar que es una persona encantadora, sencilla y que emana paz y bondad.

Anónimo dijo...

Viendo su foto en el post olvídese del “gel de baño”. Lo suyo es un buen champú hidratante.
Tenga cuidado a la hora de emprender un largo viaje de árbol a árbol, le aconsejo que respete “la vez” si su opción ha sido el desplazamiento rápido vía “lianas colectivas”. Si no, es un follón.
Suplique a las gacelas jóvenes, gráciles y “tiernas” que no se separen ni medio milímetro de la manada cuando adviertan la presencia del guepardo.
Pida a los “ñus” que cambien de río.
¿Por un casual podría indicarme qué especie ha elegido Mónica Bellucci?
Desde la cornisa del EMPIRE STATE BUILDING le envía un cordial saludo,
KING-KONG
(Vicent )