Sobre Beethoven
Dijo Cioran que: “Beethoven vició la música: introdujo en ella los cambios de humor, dejó que penetrara en ella la cólera”. Este aforismo del filósofo rumano, como muchos de los suyos, me parece una afirmación epatante, una provocación más de las que hizo gala y profesión durante toda su vida.
Pero aunque de Cioran, a cuyos silogismos acudo con frecuencia y por quien siento gran admiración, es esperable cualquier cosa …¡ésta no se la permito!
Beethoven no introduce la cólera sino los sentimientos humanos en todos sus grados, desde el más puro lirismo, sin ñoñerías, hasta la grandiosidad épica, no exenta (y por qué había de estarlo) de pasión, de rebeldía, de exasperación, furia y arrebato...pero no de cólera.
Me acojo pues a otra de sus frases para defender a mi compositor favorito y explicar con ella lo que me hace sentir Beethoven:
“Sin medios de defensa contra la música, estoy obligado a sufrir su despotismo y, según su capricho, a ser dios o guiñapo”.
Pues eso, que lo que Cioran considera un defecto para mí es su principal virtud: la capacidad de hundirme en la melancolía con la sonata para piano nº14 o elevarme a las cumbres de la exaltación con la llamada sinfonía se las sinfonías, la 5ª…y entre esos extremos caben todos los estados de ánimo posibles.
Estos dos vídeos ilustran lo que digo:
El primero es parte de la sonata para piano nº14, conocida como “Claro de luna” en una versión atípica puesto que lleva un suave fondo orquestal y voces. Una versión heterodoxa. En el reproductor he dejado la interpretación clásica del pianista que más me gusta, el chileno Claudio Arrau, comparen ustedes.
El segundo, es una grabación antigua dirigida con férreo control por el maestro Toscanini. A mí, personalmente me gustan más la dirigidas por Giulini o Fürtwangler, pero no las he encontrado.
Pero aunque de Cioran, a cuyos silogismos acudo con frecuencia y por quien siento gran admiración, es esperable cualquier cosa …¡ésta no se la permito!
Beethoven no introduce la cólera sino los sentimientos humanos en todos sus grados, desde el más puro lirismo, sin ñoñerías, hasta la grandiosidad épica, no exenta (y por qué había de estarlo) de pasión, de rebeldía, de exasperación, furia y arrebato...pero no de cólera.
Me acojo pues a otra de sus frases para defender a mi compositor favorito y explicar con ella lo que me hace sentir Beethoven:
“Sin medios de defensa contra la música, estoy obligado a sufrir su despotismo y, según su capricho, a ser dios o guiñapo”.
Pues eso, que lo que Cioran considera un defecto para mí es su principal virtud: la capacidad de hundirme en la melancolía con la sonata para piano nº14 o elevarme a las cumbres de la exaltación con la llamada sinfonía se las sinfonías, la 5ª…y entre esos extremos caben todos los estados de ánimo posibles.
Estos dos vídeos ilustran lo que digo:
El primero es parte de la sonata para piano nº14, conocida como “Claro de luna” en una versión atípica puesto que lleva un suave fondo orquestal y voces. Una versión heterodoxa. En el reproductor he dejado la interpretación clásica del pianista que más me gusta, el chileno Claudio Arrau, comparen ustedes.
El segundo, es una grabación antigua dirigida con férreo control por el maestro Toscanini. A mí, personalmente me gustan más la dirigidas por Giulini o Fürtwangler, pero no las he encontrado.
2 comentarios:
Cada día esta mejor este espacio, congratulations, :).
Magnifico Beethoven, pero... nunca ha conseguido conmoverme, (espero no escandalizar demasíado), si he vibrado con Mozart, de todas formas, como mi vida va a contracorriente, actualmente lo que mas me interesa es la música hindú, (como no). ayer leí una entrevista con el autor de la novela (no recuerdo su nombre), "La mujer del sari rojo", el vivió de niño en India, y contaba que después de estar allí, los paises que visito no tenian color ni olor...voy a buscar y leer esta obra, tambien comentaba la elegancia natural de las mujeres, y lo pronto que se marchitaban por las duras condiciones de vida. Supongo que este sarampion pasará, recuerdo mi pasión por Oscar Wilde, y como me pasé dos años leyendo y buscando todo sobre él, bueno, cualquier cosa en la que se ponga atención puede ser apasionante, recuerdo mi época escolar, y como en una clase en la que se ausentó el profesor y estaba terminantemente prohibido hablar, me entusiasmé, una mosca se posó sobre el pupitre, la iluminaba un rayo de sol y los colores de sus alas, azulados y grises me hicieron hacer un comentario, me castigaron y sentí una enorme injusticia, no estaba alborotando, había descubierto que en todo puede encontrarse belleza.
Ciorán también dejó escrito:
“Sin medios de defensa contra la música, estoy obligado a sufrir su despotismo y, según su capricho, a ser dios o guiñapo”
En este aforismo parece descubrir su sensibilidad extremada.
No muy lejos me encuentro yo, y por lo que te conozco también pienso en ti como cautivo gustoso de esa benévola tiranía, la música.
Sobre Beethoven se ha escrito y dicho tanto que sólo atino a mencionar esa memoria de lo bello que, como una chispa, regresa cuando de nuevo lo escucho. He pasado eternidades fluyendo mentalmente por sus melodías, disfrutando de su poder de evocación, de su capacidad para sumirme en la ensoñación, de su fuerza para conmoverme o sublevarme…
Escucho complacido esta versión de “Claro de luna”, y, por otro lado, no puedo menos que estar de acuerdo contigo en relación a la 5ª… Guilini hizo una gran versión, tal vez la mejor.
Ah…y no desesperes con tu nuevo chisme, se dejará querer fácilmente.
Un abrazo y feliz año.
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